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Nueva especie de “hongo mágico” nombrada por dupla chileno-norteamericano en honor al legendario Paul Stamets

Los 40 años de trayectoria del micólogo Paul Stamets inspiraron el personaje del Teniente Stamets en la serie “Star Trek: Discovery”, lo convirtieron en el protagonista del documental Hongos Fantásticos y ahora han sido inmortalizados con la especie Psilocybe stametsii (Dentinger & Furci, 2023).

February 28, 2023

FFungi Staff

FFungi Volunteer

Una nueva especie de “hongo mágico” ha sido nombrada en honor a Paul Stamets, conocido por inspirar a miles de personas en todo el mundo a amar los hongos.

La nueva especie, llamada Psilocybe stametsii, fue descubierta en un bosque nuboso de Ecuador y ha sido recolectada dos veces: la primera vez en 2011 por el Dr. Bryn Dentinger de la Universidad de Utah y un colega, y luego nuevamente en 2022 por la chilena Giuliana Furci de Fundación Fungi, quien estaba acompañada por el autor británico Robert Macfarlane, el músico Cosmo Sheldrake y el juez Ramiro Áila Santamaría. El hongo fue encontrado en la Reserva Biológica Los Cedros, un área protegida bajo los artículos de Derechos de la Naturaleza en la Constitución Ecuatoriana.

“Es una alegría absoluta poder honrar a Paul Stamets con una nueva especie de hongo. Su contribución al reino fungi es indiscutible e incomparable, y su incansable dedicación al avance de la micología ha inspirado a miles de personas en todo el mundo durante décadas, incluyéndome”, comenta Giuliana Furci, coautora del nuevo descubrimiento.

El registro se realizó utilizando Index Fungorum, la herramienta de publicación electrónica del Jardin Real Botánico, Kew, que es un enfoque moderno para acelerar el descubrimiento de especies al sortear los obstáculos que trae publicar en revistas científicas convencionales para nombrar una sola nueva especie.

Esta es la primera vez que una especie lleva el nombre de Paul Stamets, y tiene especial significado por tratarse de un hongo del género Psilocybe. La psilocibina producida por este tipo de hongos se ha usado desde tiempos ancestrales, y está siendo estudiada y utilizada por la medicina moderna por sus beneficios terapéuticos. Stamets ha dedicado gran parte de su vida profesional al estudio de este género, publicando el libro “Psilocybin Mushrooms of the World” en 1996. Ese año, Stamets también nombró una nueva especie de Psilocybe en honor al Dr. Andrew Weil (Psilocybe weilii), un destacado líder en el campo de la medicina natural, así como la especie Psilocybe azurescens en 1995. Antes de eso, Stamets escribió una serie de libros sobre cómo cultivar hongos gourmet y medicinales, que hasta el día de hoy siguen siendo una referencia cuando se trata de cultivar hongos. 

"Me siento profundamente honrado por este reconocimiento y ansioso de participar en una expedición de campo para ver esta especie en su hábitat natural", dijo Stamets sobre el nuevo hongo. "Este tipo de reconocimiento es el mayor honor que puede recibir un micólogo, y el hecho de que dos micólogos de renombre sean coautores de este descubrimiento profundiza mi aprecio. También siento una gran responsabilidad de proteger aún más la micodiversidad de los hongos en todas sus maravillosas formas. ¡Son realmente fantásticos!", agregó. 

Con respecto a las características del hongo, el Dr. Dentinger explica: “Psilocybe stametsii parece ser una especie solitaria. Ha sido vista sólo dos veces, y en ambas ocasiones se encontró de manera aislada. No es más alta que un fósforo, y como la mayoría de los otros hongos mágicos sus colores son de tonos marrones, que se mezclan con las hojas y tierra en descomposición donde crece. Una característica notable es el píleo puntiagudo, un atributo compartido por otros parientes cercanos. Es filogenéticamente más cercano a una secuencia de ADN ambiental del suelo en China y evolutivamente distinto de las otras especies con las cuales está estrechamente relacionado, descritas en Bolivia, México y Puerto Rico”.

Psilocybe stametsii, especie encontrada en la Reserva Biológica Los Cedros, nombrado en hongo al micólogo Paul Stamets. Fotografía de Giuliana Furci / Fungi Foundation.

Sólo se conoce entre el 5 y el 10% de la diversidad fúngica del mundo, por lo que el descubrimiento y registro de nuevas especies es fundamental para establecer una base útil para el monitoreo de la biodiversidad. Además, nuevas documentaciones pueden entregar datos que podrían beneficiar el bienestar humano y del planeta. Los hongos no son ni plantas ni animales, y aunque rara vez se les reconoce, en realidad son organismos complejos que forman un reino propio. “Muchos se refieren a la biodiversidad macroscópica como fauna y flora, pero en realidad todos deberíamos estar usando las tres F: fauna, flora y funga”, enfatizan los autores.